La culpa es del provocador que decide provocar y nunca del provocado que no pidió ser provocado.
Si alguien te golpea, te quema, te asusta o te provoca usando su cuerpo, siempre vas a reaccionar por instinto.
Golpear y denunciar al adolorido por sentir dolor es igual que provocar con tu cuerpo y denunciar a quien provocaste por reaccionar.
¿Acaso es justo que una mujer tenga derecho a caminar casi sin ropa en un carnaval y que castiguemos a los hombres que reaccionan instintivamente a tales provocaciones?
¿Acaso podemos decir que el mensaje enviado por aquella mujer no era para aquel hombre y que por lo tanto él no tenía derecho a reaccionar, mientras penalizamos a este mismo hombre si quisiera caminar sin ropa en una plaza?
¿Acaso es lógico justificar esto último argumentando que pueden haber niños y personas sensibles pero aceptar que una mujer pueda hacer algo equivalente entre hombres obviamente sensibles?
Entonces, es legal que una mujer lance una lluvia de estímulos no solicitados pero es ilegal que un hombre reaccione sin permiso de ella.
Prepárate. Mañana puede aprobarse una ley para que yo te pueda arrojar agua hirviendo encima y denunciarte si tienes dolor.
Ante este evidente panorama de manipulación masiva con fines de control, es inevitable una gran guerra entre aquellos que idiotizan a las masas por intereses egoístas y aquellos que defienden la evolución universal.